En los últimos ocho meses, esta fuente ha crecido a un ritmo promedio de 1 GW por mes, saltando de 16,4 GW en julio de 2022 a 25 GW en febrero de 2023, de acuerdo con Absolar. Desde 2012, el segmento trajo a Brasil cerca de R$ 125,3 mil millones en nuevas inversiones. Se han recaudado más de 39.400 millones de reales para las arcas públicas y se han creado más de 750.200 puestos de trabajo. Además, se han evitado 33,4 millones de toneladas de emisiones de CO2 en la generación de electricidad.
Para Ronaldo Koloszuk, presidente del Consejo de Administración de Absolar, el crecimiento acelerado de la energía solar fotovoltaica es una tendencia mundial y “Brasil tiene uno de los mejores recursos solares del planeta. El país tiene potencial para producir el hidrógeno verde (GH2, por sus siglas en inglés) más competitivo del mundo", añade.
"Según un estudio de McKinsey & Company, Brasil podría duplicar su capacidad instalada hasta 2040 y debería recibir cerca de 200.000 millones de dólares en inversiones destinadas a producir GH2. El paquete de inversiones incluye generación, líneas de transmisión, plantas de producción de GH2 e infraestructuras asociadas, como terminales portuarias, gasoductos e instalaciones de almacenamiento", comenta Koloszuk.
Grandes y pequeñas
Brasil tiene alrededor de 7,8 GW de potencia instalada en plantas solares a gran escala. Desde 2012, las grandes plantas solares han aportado aproximadamente 36.900 millones de reales en inversiones y más de 233.000 puestos de trabajo. Además, se han recaudado más de 12.000 millones de reales para las arcas públicas.
En cuanto a la autogeneración, hay 17,2 GW de potencia instalada en solar fotovoltaica. Esto equivale a cerca de 88,4 mil millones de reales en inversiones, 27,4 mil millones de reales en impuestos y más de 517,2 mil empleos, desde 2012. La energía solar fotovoltaica es la tecnología elegida en el 99,9% de todas las conexiones de autogeneración del país.
Rodrigo Sauaia, CEO de Absolar, afirma que la expansión de la energía solar fotovoltaica mejora la competitividad y la sostenibilidad de las empresas brasileñas. También beneficia a todos los consumidores y ayuda al país a cumplir sus compromisos medioambientales.